Se llama Marcela
Me pareció verlo distinto, ultimamente. Cuando venía hasta mi casa y, guitarra mediante, ensayaba lo que parecía una confesión se le iluminaban los ojitos como a una criatura entusiasmada. Hacía ya unos quince años que éramos amigos y compartíamos desde entonces, como debería de ser, gustos varios como la música, por ejemplo.
Y analizábamos canciones, las disfrutábamos, las cantábamos, hasta las modificábamos para que sonaran a nuestro gusto. O a nuestro parecer.
Pero desde hace un tiempo era como si toda la ansiedad, de golpe, se le amontonara en la voz para poder dar a luz una nueva forma. Mas, cuando se daba cuenta que atropellaba el amor y no le hacía lugar para las musas, se disculpaba con un breve pero contundente:
-Me lleva loco, "Tolo".-
No esperó que le preguntara sobre ésa historia. Simplemente, desgranó una pasión tan largamente contenida. Tal vez, porque quería estar seguro. Y ahora sí, lo estaba. Podría jurarlo
Sobre todo cuando pregunté quien éra la propietaria de tan agradable perdición. Creo que al nombrarla, rozó sus oídos con el murmullo:
- Se llama Marcela...- me dijo...
Aquí, el tema:
Y aquí, la letra:
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