Alguna vez quise contarle a ella el montón de sensaciones maravillosas que me producía cada momento a su lado. Busqué de todas formas, pero, aunque conseguí reflejar en ésta canción, parte de lo que sentía, me pareció que unos versos no bastaban. Creo que no encontré todas las palabras necesarias y me dediqué a quererla. A sentirla plena y dispuesta. A recibir mi amor. A darme el suyo. A cada momento, a toda hora. "Cada minuto necesito de tu amor. Soy tuyo." Necesidad de saberla mía y de sentirla ausente por un momento, para que mi cuerpo la extrañe y empezar de nuevo. Es el telar de la araña que no importa cuantas veces inauguró su trama, sino que se repite y siempre atrapa. Como su alma que perpetúa mi cautiverio mas que anhelado. Y lo mantiene intacto. Siempre la misma templanza. Siempre distinta pasión. ¡Tanto de amor y caricias! Aquí, la música del tema:
Detrás de la tormenta Que el Amor tiene todos los aditamentos para ser considerado apasionante y digno de vivir, ya no quedan dudas. Así, como tiene su costado puramente maravilloso, tiene otros que no lo son tanto. ¿Quién no ha sido testigo (en su propia piel o en una ajena)de un amor no correspondido? Es una situación, por lo menos, incómoda. Donde uno lucha por sobrevivir, como puede, a un sentimiento sin albergue y el otro, en el mejor de los casos, se esmera (sin éxito, diría yo) en hacer razonar al primero de que "ésto no puede ser" y que "ya encontrarás a alguien que te haga feliz," etc. Según dicen: "el corazón da razones, que la razón no entiende". Por tanto, éstos versos están destinados a todos aquéllos en los que Cupido no acertó con la elección y deberán esperar otra oportunidad para ser felices. A no desesperar, entonces, que seguro que vendrá. Aquí la música del tema:
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